22 de mayo de 1938: cae la
noche y los presos de la prisión de San Cristóbal abren las puertas buscando la
libertad para poder realizar sus sueños de justicia, pan, igualdad, proclamados por la república. 795 se van desperdigando por el monte Ezkaba con la ilusión
de llegar a Francia. Poco a poco los van apresando y a la mayor parte los retornan a la prisión;
206 son asesinados donde los encuentran, quedando todo el paisaje cubierto de
fosas olvidadas.
La memoria poco a poco se va
recobrando. Coincidiendo con el 80 aniversario de la fuga, en Leranotz se abre
una fosa y se exhuman a dos fugados; con ellos ya son 45 los recuperados. Será
una tarea difícil y costosa rescatar a todos ellos, pero la colaboración entre
Asociaciones, Gobierno de Navarra, Aranzadi, historiadores/as y habitantes de
cada pueblo o valle van dando su fruto.
Ahora es necesario ponerles
nombre para que puedan retornar a sus lugares de origen. Es necesario localizar
a familiares de estos presos asesinados en la fuga e incorporar su ADN al banco creado para tal
efecto por el Gobierno de Navarra. Algunas
personas ya lo han hecho. Si sois familiares, o conocéis a alguien que
lo sea, podéis poneros en contacto con nosotros y os facilitaremos la forma de
hacerlo.
Este proceso es imparable
porque los más jóvenes se van incorporando. En la fosa estuvieron chicos y chicas
del Colegio Ezkaba de Antsoain, a quienes el día anterior habíamos acompañado a
visitar el Fuerte. Ese mismo día, a la misma hora, eran los del Colegio de
Berriozar quienes lo visitaban. La semilla está plantada y dará sus frutos.
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