Emiliano Miguel Portugal, soñó con llegar a Francia en la fuga del fuerte. Su sueño, como el de otros muchos, como el de Leoncio de la Fuente, terminó junto a él, en la misma fosa de Larrasoaña.
Ayer, primer sábado de otoño, Emiliano emprendió el viaje de regreso hacia Dueñas, donde vivía. Su sobrina Milagros y el resto de la familia recibieron los restos en el Palacio de Navarra.
El tesón de esta familia, el testimonio de Paulina que indicó dónde los habían enterrado, la labor de investigadores y asociaciones de Palencia y Navarra y el esfuerzo de los técnicos del banco de ADN del Gobierno Foral, coordinado todo ello por el Departamento de Relaciones Ciudadanas, ha dado el fruto esperado.
Tras la entrega tuvieron ocasión de visitar el fuerte San Cristóbal donde Emiliano vivió o malvivió durante ocho meses antes de intentar aquella fuga del 22 de mayo de 1938. Y a continuación toda la familia se trasladó a Larrasoaña donde estaba la fosa en que Emiliano fue enterrado con otros tres compañeros. Fermín Ezkieta explicó allí los pormenores de la fuga y sus consecuencias.
Una vez más Txinparta ha
estado al lado de la familia y lo estará también el próximo domingo, 3 de
octubre, en Dueñas donde recibirá un homenaje y sus restos serán depositados en
el cementerio, en el monumento a las víctimas de la
localidad.
Una nueva jornada de
compartir emociones, duelo y alegría con esta familia.
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