Desde
el miércoles, 17 de marzo, hasta el viernes, 25 de marzo, se ha llevado a cabo
la exhumación de los restos de 21 presos del fuerte San Cristóbal enterrados en
el cementerio de Berriozar.
Txinparta-Fuerte
San Cristóbal, Red de Memoria Colectiva propuso a la Dirección de Paz, Convivencia
y Derechos humanos acometer esta prospección y realizó el informe previo en que
se explicaban las razones de esta petición con los correspondientes planos del
lugar y las fotografías aéreas en que basábamos nuestra creencia de que era
posible realizar la actuación en el interior del cementerio alterando lo menos
posible el conjunto del mismo.
Así
mismo, añadimos la documentación de los nombres de todos los enterrados en este
cementerio, su procedencia y las fechas de su muerte. Lo que nos parecía
realizable era la búsqueda de 21 presos que fueron ejecutados el 1 de noviembre
de 1936 y sus cadáveres fueron llevados hasta Berriozar, subiendo los féretros
en carros desde el pueblo hasta el cementerio.
Estos 21 presos habían sido trasladados desde otras cárceles al fuerte antes de julio del 36, ya que sus causas no quedaron acogidas a la amnistía de febrero de 1936. Creemos que eran presos anarquistas y sus delitos fueron considerados como delitos comunes y no políticos.
Después de varios días de trabajo, se han encontrado los restos de todos ellos en dos grupos situados en esa zona señalada en amarillo. Ya hemos comunicado a algunas familias con quienes teníamos contacto previo, los detalles y resultados de la exhumación y les hemos solicitado su colaboración para entregar muestras de ADN en el banco de ADN del Gobierno de Navarra para su posterior identificación.
Como
se hace en estos casos, algunos centros de enseñanza visitaron la exhumación y
recibieron las correspondientes explicaciones del equipo técnico.
Seguiremos contribuyendo a la recuperación de restos y de historias que han estado tanto tiempo ocultas bajo tierra.
Este poema de nuestro libro “Será grana la lluvia” intenta reflejar la dureza de todos estos hechos.
TRAUMATISMO
La mañana se encoge.
Un espanto de bocas negras
frena el amanecer fatídico.
Junto a la tapia gris del cementerio
se desploman, inertes,
los fardos: uno, dos,
siete, ocho…, son brazos,
son piernas, trece, catorce…, son bocas
son ojos, veinte…, son cuerpos, veintiuno.
¡Que no amanezca, dios, que no amanezca!
¿Dónde ocultar el bárbaro exterminio
y enmascarar la muerte? Berriozar
se acurruca en el miedo, en la zozobra,
son casi más los muertos que los vivos.
Veintiun cuerpos rasgados,
anónimos, vencidos
en tierra ajena, extraña, fría.
Luego el tiempo tendió, con la jactancia
del asesino, un manto
de miedo tembloroso, de silencio
pétreo en los cementerios.
Antonio Valdivielso
que cierras esa lista,
¡qué lejos tu Cantabria!
¡dónde una mano amiga que cerrara tus ojos!