ASOCIACIÓN TXINPARTA-FUERTE SAN CRISTÓBAL RED DE MEMORIA COLECTIVA

Somos un colectivo de personas implicadas en recuperar la memoria de las personas represaliadas en el Fuerte San Cristóbal: recuperar sus nombres, su historia colectiva y sus avatares individuales, sus muertes, sus enterramientos, su dispersión… y compartirlo con sus familias y con toda la sociedad. Este es el objetivo de la Asociación y este es el objetivo de este blog en el que esperamos tus visitas y tus aportaciones. Un saludo.

TXINPARTA-FUERTE SAN CRISTÓBAL ELKARTEA, MEMORIA KOLEKTIBOAREN SAREA

Gure taldearen helburua San Cristóbal Gotorlekuan errepresaliatuak izan zirenen memoria berreskuratzea da: beraien izenak, beraien historia kolektiboa zein bakoitzaren gorabeherak, beraien heriotzak eta lurperatzeak, dispertsioa… berreskuratu eta senitartekoekin zein gizartearekin partekatzea. Hauxe da elkarte honen helmuga eta baita blog honetakoa. Bertan eginiko bisitak eta ekarpenak eskertzen dizkizuegu.

martes, 12 de diciembre de 2017

TESTIMONIO DE JULIA MAYORGA ARIAS

Julia Mayorga Arias, nacida en marzo de 1931, sobrina del preso nº 434, ISIDORO ARIAS PRIETO. Este texto lo leyó en el homenaje del fuerte de 2007.

REENCUENTROS EN EL FUERTE DE SAN CRISTÓBAL EN MEMORIA DE LAS VÍCTIMAS


         ¿Quién iba a decirme a mí que me encontraría con algún compañero tuyo vivo que sufrió el atropello de la “Guerra Civil Española” de tan infausto recuerdo?
         Me alegro por él y en él celebro la memoria viva de tantos que sufristeis y moristeis injustamente. ¿Por la República?  Yo diría que muchos ni por nada, pues jóvenes, obreros sencillos, campesinos humildes que no eran plenamente conscientes de su posición política, fueron salvajemente tratados por unos mal nacidos, que decidieron medrar ellos y no perder lo que siempre consideraron su propiedad privada –llámese Patria, Patrimonio, Religión, Cultura…- cuando el Gobierno de la República intentó contribuir a que fueran reparadas las injusticias sociales con un programa innovador, que fue torpedeado continuamente por los de siempre, los que temen perder sus privilegios.
         El tiempo –largo, por cierto- pone poco a poco la historia en su sitio y ya va siendo hora de que aquellos olvidados puedan nombrarse y reconocerse en justicia.
La abuela, tu madre, Isidoro, no llegó a saber de tu muerte –mejor-. A ella no le cabía en la cabeza que estuvieses aquí. Tú, sin embargo, sí supiste que murió días antes de la fuga. Aunque no se te dijo, para prepararte poco a poco, alguien te dio el pésame al verte triste –me imagino que como los largos días de tu prisión. Su familia, vecina nuestra, se lo había comunicado. Lástima. Qué desilusión, Isidoro, han pasado muchos años y tus hermanitos todos han muerto; tu única hermana, mi madre, también. Quedan algunos familiares, pocos, pero yo te recuerdo –tenía 5 años el 18 de Julio de tan ingrato recuerdo- y luego, más tarde, la fuga y la desaparición.
         Hoy, gracias a unos amigos que luchan por la justicia, el recuerdo y el reencuentro con tu memoria y la de todos los fallecidos por penalidades y los que les fallecieron, estamos en el Fuerte de San Cristóbal, nosotros y vosotros todos, incluso tú que no sé ahora ni sé si sabré nunca dónde estás enterrado.
         Viva la utopía y vivan siempre en el recuerdo todas las víctimas. Adiós, Isidoro.    
En el nombre de las víctimas, NUNCA MÁS.


                                                                          Julia Mayorga Arias 

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