A MAL TIEMPO...
Hay que
achicar el agua, eliminar los charcos, montar las jaimas, trajinar entre
cables, bafles, micrófonos que los chicos de Elkom están colocando, echar
grava, hacer posible la estancia de familiares, artistas, amigas y amigos
dispuestos a desafiar a los cielos. Patricia, Iñaki, Miguel, Íñigo, Jokin,
Koldo, Víctor, Josetxo, … los chalecos amarillos de Ana, Cristina, Mikel... ordenando el aparcamiento. Marta
cobija los libros. Mikel ha puesto ya la tricolor sobre la entrada. Txinparta se multiplica porque aquellos que al otro
lado de la puerta fueron detenidos y a este lado asesinados y desaparecidos,
hoy van a ocupar el centro de la fiesta, vamos a rescatarlos y traerlos con
nosotras.
Los txistus
de Ricardo, Igor e Ismael llaman, tensan nuestra atención. Irati y Josu se
ponen en la piel de los presos gubernativos, presentan el acto de espaldas,
también ellos innominados, anónimos, desaparecidos. Ekaitz, nuestro bertsolari,
los acaricia cantando. Pluralidad de lenguas en la pluralidad de orígenes de
presos y asistentes al homenaje. Las botellas se reúnen en el centro
conteniendo su voz en los mensajes interiores. Los claveles quieren ser los
primeros en llegar a ellos y encenderlos. Como un eco atávico, la txalaparta
atraviesa los montes y la lluvia; quiere llegar a todos los rincones donde
escondieron sus huesos.
“Sed
bienvenidas todas las personas llegadas de A Coruña, Alicante, Álava, Gipuzkoa,
Ávila, Cáceres, Valladolid, Segovia, Tarragona, Madrid, Navarra, Francia, La
Rioja, Barcelona…”, dice Lupe en nombre de Txinparta. Se lo dice a familiares,
a la consejera del Gobierno y a la presidenta del Parlamento, a nuestro alcalde
de Ansoáin, instituciones con quienes vamos colaborando codo con codo. Se lo
dice a quienes año tras año, con lluvia o sol, responden a esta llamada. La
memoria es colectiva o no es. Memoria que hoy escarba en las sombras donde
quisieron olvidar a los presos gubernativos. Los detuvieron, los pasearon, los
desaparecieron, ni siquiera fueron registrados muchos de ellos.
De ello nos habla Miren Irigoien.
Trae al centro del círculo a su abuelo, Manuel Irigoien Mitxelena, en su propia
lengua y con un dolor ya muy antiguo.
Era de Oiartzun, como Leoncio
Aranburu. Su nieta Mª José Olaizola, nos hace parte de su historia, de su
salida en “libertad” con su amigo Ángel Arizmendi, de su camino a ninguna
parte, de su asesinato en Izurzu, de su recuperación clandestina.
El riojano Miguel Caperos Aragón era
de Casalarreina. Fue trasladado desde el fuerte a Logroño y asesinado en la
inmensa fosa común de La Barranca de Lardero. Su nieto Félix, de la amiga
asociación riojana, nos lo recuerda y lee sus cartas desde la prisión.
Maite Rocafort, nieta de Javier Rocafort
Apesteguía, de Sangüesa, nos recuerda su asesinato por vecinos del pueblo,
precedido de la última carta a su esposa: “… A Mª Ángeles dile que le llevaré
una muñeca y a Roberto un caballo”. Roberto, el padre de Maite murió también
sin recibir el caballo ni los huesos de su padre.
Memoria contra el olvido, memoria
que transite, se contagie, se comunique a la gente joven. Ellos lo han
comprendido y lo expresan con la empatía especial de los jóvenes: Son Urtzi,
Asier y Josu, del grupo TAUPADAK (pulsaciones). Interpretan “La estancia”, de
Barricada y le cantan a Maravillas Lamberto en la versión de Berri Txarrak. Su
hermana Josefina escucha emocionada desde la primera fila de familiares. ¿Qué
piensas, Josefina, de estos jóvenes? Y se le escapa una lágrima.
(En la víspera del homenaje y en el
Kulturgune de Antsoain, 75 personas
pudieron comprobar esta implicación de los jóvenes con la memoria en la
proyección del documental sobre la fuga realizado por ellos mismos y que
recibió un accésit del concurso europeo de historia para jóvenes EUSTORY.
Lander Ayestarán nos explicó el proceso de trabajo, de investigación, de
montaje, llevado a cabo por su grupo de clase. Ibai Andreu, artista del
montaje, estaba hoy en San Cristóbal. Futuro de la memoria, sin duda)
Volvemos al acto de homenaje para
despedirlo. Ana Carmen y Mikel encuentran espacio para el aurresku más allá de
los charcos. Homenaje, saludo del txistu y de la danza mirando a la puerta de
ese fuerte que hoy ha sido derrotado por la memoria emergida.
Irati y Josu nos invitan a recoger
una botella y llevarnos a la intimidad del hogar el mensaje encapsulado. Allí
lo liberaremos.
La txalaparta puntea el dolor del
recuerdo, la esperanza de la memoria, la alegría del encuentro. Datorren urtean
berriro. Hasta el año que viene.
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