ASOCIACIÓN TXINPARTA-FUERTE SAN CRISTÓBAL RED DE MEMORIA COLECTIVA

Somos un colectivo de personas implicadas en recuperar la memoria de las personas represaliadas en el Fuerte San Cristóbal: recuperar sus nombres, su historia colectiva y sus avatares individuales, sus muertes, sus enterramientos, su dispersión… y compartirlo con sus familias y con toda la sociedad. Este es el objetivo de la Asociación y este es el objetivo de este blog en el que esperamos tus visitas y tus aportaciones. Un saludo.

TXINPARTA-FUERTE SAN CRISTÓBAL ELKARTEA, MEMORIA KOLEKTIBOAREN SAREA

Gure taldearen helburua San Cristóbal Gotorlekuan errepresaliatuak izan zirenen memoria berreskuratzea da: beraien izenak, beraien historia kolektiboa zein bakoitzaren gorabeherak, beraien heriotzak eta lurperatzeak, dispertsioa… berreskuratu eta senitartekoekin zein gizartearekin partekatzea. Hauxe da elkarte honen helmuga eta baita blog honetakoa. Bertan eginiko bisitak eta ekarpenak eskertzen dizkizuegu.

miércoles, 16 de agosto de 2017

EL CEMENTERIO DE LAS BOTELLAS


En la primavera de 1942 se abre un cementerio en la ladera norte del monte Ezkaba para inhumar a los presos que morían en el fuerte, ya convertido en Hospital Penitenciario de San Cristóbal. 
Anteriormente los presos eran enterrados en los cementerios de las 12 localidades que configuraban la Cendea de Antsoain hasta que los pueblos comienzan a quejarse de la situación y se decide hacer uno propio para el fuerte. 
                                                                   
En él se enterraron a 131 penados, debidamente  individualizados y con una botella entre sus piernas (de ahí el nombre de “cementerio de las botellas”) en la que se incluía un documento con datos del preso: nombre, edad, estado civil, procedencia, condena, causa del fallecimiento…

En 1945 se cierra el Sanatorio Penitenciario de San Cristóbal y queda en el olvido, camuflado en la vegetación que lo va cubriendo y haciendo desaparecer como si allí no hubiera sucedido nada.
En abril de 2006 Roldán Jimeno, hijo  del historiador José María Jimeno Jurío, encuentra un listado de su padre con 73 presos enterrados en el cementerio de San Cristóbal.
Las noticia sale a la luz, se da a conocer a la ciudanía en una rueda de prensa. En el día del homenaje de ese año hay otra sorpresa: Diario de Navarra publica un artículo titulado “El cementerio de las botellas”  donde se afirma que son 131 los enterrados y se muestra un plano del mismo, realizado por el capellán, documentación que procede del Archivo Diocesano.
Eran hechos conocidos por la Iglesia, autoridades…, pero no por los familiares de los muertos que desconocían dónde estaban enterrados.

Cuando accedimos al cementerio, no se diferenciaba del resto del monte, estaba cubierto de árboles y maleza.

Nos planteamos la idea de exhumar esos restos; para ello era necesario solicitar a la Comandancia Militar de Pamplona el permiso (es terreno militar) y comenzar a localizar familiares, objetivo bastante complicado debido a la gran dispersión geográfica de los mismos.


En abril del 2007 realizamos labores de limpieza en el cementerio y en Junio de ese año se inician las dos  primeras exhumaciones.  En julio, otra más. 
Todo sale bien y  la primera botella con documento legible nos confirma que, efectivamente, aquel era Andrés Gangoiti Cuesta, tal como habíamos deducido por el plano.

En octubre de ese mismo año iniciamos otra exhumación y fracasamos; en el lugar no aparecen restos, por lo que cuestionamos nuestra interpretación del plano y hacemos un parón en las exhumaciones.


En junio de 2010  se inicia una actuación sobre el cementerio poniendo a la vista todos los enterramientos, incluidas algunas botellas con documentos que nos permiten reinterpretar el plano y exhumar los restos de 31 presos solicitados por las familias.

En diciembre de 2010, siete familias de presos solicitan la exhumación de los mismos y se lleva a cabo.


En mayo de 2011, coincidiendo con el homenaje de ese año, se realizan dos exhumaciones más, y los restos son entregados a sus familiares en el mismo homenaje.

En noviembre de 2013, en un paisaje completamente blanco por la nevada,
se realiza la exhumación de Diego Cáceres, última realizada hasta el día de hoy.


Todos los restos con sus correspondientes informes forenses fueron entregados a sus familiares.
La no realización de nuevas exhumaciones se ha debido a la dificultad de encontrar a familiares o a las reticencias mostradas en algunos casos para iniciar el proceso.

El cementerio poco a poco va volviendo a su estado anterior: la hierba y la vegetación van creciendo de nuevo, pero no ha quedado en el olvido. Con cada visita que acompañamos al fuerte, vamos hasta él, contamos su historia, hablamos de los presos que continúan ahí, que los tenemos localizados, que sabemos sus nombres, cuándo murieron y de qué, pero que en la mayoría de los casos sus familias no lo saben.


Txinparta, entre sus objetivos para el 2017, incluye: “Realizar un proyecto de reparación y propuesta de actuación sobre el Cementerio de las botellas”.
Nos planteamos como mínimo hacer una labor de limpieza y reparación de paredes con jóvenes de Txinparta Gaztea y otros voluntarios. Para ello habíamos solicitado un proyecto técnico básico al que atenernos. Pero desde Paz y Convivencia se nos dijo que paralizásemos la iniciativa, porque lo iban a plantear como campo de trabajo a través del Departamento de Deporte y Juventud del Gobierno de Navarra.

Ante esta situación pensamos que había que desarrollar más el proyecto técnico y así se lo pedimos al equipo de arquitectos que, efectivamente, lo desarrolla incluyendo, además del arreglo y limpieza, elementos simbólicos de memoria.

Al fin el campo se desarrolla del 25 de julio al 8 de agosto bajo la responsabilidad de la Sociedad Aranzadi y se limita a la idea básica de limpieza y arreglo de paredes, que no se puede concluir en todo el recinto.







La responsable del grupo de trabajo nos invita a guiar una visita al fuerte con dicho grupo y otro que en la zona de Burguete trabaja en el rescate de los búnkeres.Como no se había solicitado oficialmente la  visita al interior, la hicimos por el exterior, compartiendo con el grupo joven la historia y las historias que en torno al fuerte hemos conocido y oído a los presos que allí estuvieron. Nos acompañaron responsables del         Departamento de Deporte y Juventud.


También les acompañamos el último día, cuando daban los últimos retoques y recogían el material. Coincidimos con la visita (que desconocíamos) de los responsables de Paz y Convivencia con la Consejera al frente. Las y los jóvenes estaban felices por el trabajo realizado y porque han conocido la historia tan especial de este lugar, sobre todo a partir del golpe militar, ya que también han tenido charlas y contactos con otras personas o asociaciones relacionas con la Memoria Histórica. 
Es un buen inicio para preservar y convertir el Cementerio de las botellas en un lugar de memoria histórica. Agradecemos a todas las personas e instituciones que lo han hecho posible. Txinparta continúa con la tarea de localizar a familiares de los enterrados y ofrecerles la posibilidad de  exhumarlos y que ese  sea un lugar de Memoria Histórica debidamente señalizado con sus muros reparados, indicando el lugar donde fue o está enterrado cada preso del fuerte.


Más fotos



No hay comentarios:

Publicar un comentario