Mª Jesús ha llegado desde Granada, Carlos desde Nueva
Zelanda. Ella es nieta de Bautista Álvarez. Él de Primitivo Miguel Frechilla.
No se conocen entre ellos. Les hacemos saber que tienen algo en común: Bautista
y Primitivo fueron juzgados juntos, fusilados juntos en la Vuelta del Castillo
y enterrados juntos en el cementerio de Pamplona. A ambos se les acusó de ser
organizadores de la gran fuga del 22 de mayo de 1938 junto a otros 12 fusilados
también con ellos.
Mª Jesús ha visitado el cementerio, el lugar de
enterramiento, ya desaparecido; después la ciudadela, el lugar donde fusilaron
a su tío. Carlos ya lo había hecho anteriormente cuando vino caminando desde
Galicia, llegó hasta la frontera francesa rememorando la fuga y retornó
caminando de nuevo con unos puñados de tierra recogidos en el cementerio de
Iruña.
Con Mª Jesús y Carlos, ante la puerta del fuerte nos reunimos
algunos miembros de la Asociación Txinparta y familiares de Fernando Hernández
Sagué, enterrado en el cementerio de las botellas; Maximiliano Sánchez,
trasladado a Cuéllar; Guillermo (Willy) Meyer, nacido en Alemania y
trasladado de San Cristóbal a Montijo; Teodoro Hernán, ferroviario trasladado a
Alcalá, Felipe y Fernando Parra, fugados y el primero asesinado en la fuga;
Ambrosio y Manuel Ríos, el primero fugado también al igual que Teodoro Sánchez,
de Navarredonda de Gredos; Marcelino Díez, de Areños en la montaña palentina; Narciso
Cadenas, minero leonés; Manuel Martínez Estrada, navarro asesinado en la fuga
del 38 y el sangüesino José Benedé, fusilado junto a tres compañeros y
enterrado en Artica.
Mikel subió, bajó, anduvo con sus muletas todo el recorrido
al lado de Ana; ambos pertenecen a la asociación y fueron pilares de la
recuperación de la fosa de su pueblo, Olabe y del posterior homenaje a aquellos
16 fugados asesinados.
Koldo guió la visita, habló del fuerte, de la construcción y
dimensiones, del uso como cárcel, de la fuga, de los enterramientos en fosas
comunes o en los cementerios de la Cendea de Antsoain, visitamos la
desgraciadamente famosa primera brigada, los grafitis, los aljibes de agua… y
terminamos el recorrido en el cementerio de las botellas
donde Ana Belén pudo
acercarse al lugar exacto donde exhumamos a su tío-abuelo Narciso Cadenas, el
primer preso desenterrado en este cementerio. Tres mujeres de la familia de
Fernando Hernández Sagué se fundían en un abrazo sobre la fosa nº 61 donde está
su familiar, simbolizando para todos el papel imprescindible de las mujeres en
la recuperación de la memoria. Ellas fueron las víctimas que tuvieron el coraje
de mirar desde la muerte al futuro y a la supervivencia de los suyos.
Recordaremos este día
como jornada de contacto emotivo y de recuerdo solidario: “los mataron, pero no
pensaron que los muertos tenían vivos y los vivos, memoria”
FOTOS DE LA VISITA
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