ASOCIACIÓN TXINPARTA-FUERTE SAN CRISTÓBAL RED DE MEMORIA COLECTIVA

Somos un colectivo de personas implicadas en recuperar la memoria de las personas represaliadas en el Fuerte San Cristóbal: recuperar sus nombres, su historia colectiva y sus avatares individuales, sus muertes, sus enterramientos, su dispersión… y compartirlo con sus familias y con toda la sociedad. Este es el objetivo de la Asociación y este es el objetivo de este blog en el que esperamos tus visitas y tus aportaciones. Un saludo.

TXINPARTA-FUERTE SAN CRISTÓBAL ELKARTEA, MEMORIA KOLEKTIBOAREN SAREA

Gure taldearen helburua San Cristóbal Gotorlekuan errepresaliatuak izan zirenen memoria berreskuratzea da: beraien izenak, beraien historia kolektiboa zein bakoitzaren gorabeherak, beraien heriotzak eta lurperatzeak, dispertsioa… berreskuratu eta senitartekoekin zein gizartearekin partekatzea. Hauxe da elkarte honen helmuga eta baita blog honetakoa. Bertan eginiko bisitak eta ekarpenak eskertzen dizkizuegu.

miércoles, 21 de agosto de 2019

BERRIOZAR : TESTIMONIO DE UN NIETO


Jerónimo Zancajo García, preso 1714 de San Cristóbal; su nieto Ricardo nos envió esta carta para leerla en el acto  de la inauguración  de la placa en el cementerio de Berriozar.

20 de junio de 2009
Queridos amigos:

Hoy para un puñado de personas, entre las que me cuento, es un día importante. Antes de nada quiero agradecer a todos los asistentes, a Txinparta, al pueblo de Berriozar y a todas las personas que hacen posible este homenaje, su esfuerzo y su dedicación para poder llevar a cabo este acto de reconocimiento.
Y, ¿por qué es un día importante? Porque la Razón de la dignidad de los pueblos vuelve a abrirse paso, dejando de lado los miedos de la barbarie, de la humillación, de las torturas, de la persecución, del escarnio, de la exclusión y del asesinato sufrido por todos aquellos que un día, con gran valentía o con imperiosa necesidad, decidieron defender aquello en lo que creían: una sociedad mejor, más justa, más libre, más democrática, más humana y solidaria para todos.

Hoy en Berriozar, con este homenaje, se da otro pequeño paso más en la honrosa tarea de recoger el testigo de aquellos hombres y mujeres que padecieron y murieron por defender tan nobles principios.
Entre aquellos hombres estaba mi abuelo, Jerónimo Zancajo, de la Casa del Pueblo de Muriel, en Valladolid, cuyo delito fue pretender mejores condiciones de trabajo y vida para las gentes de su pueblo, siendo hermano de un ex-alcalde falangista. Una combinación explosiva que poco tardaría en convertirle en claro objetivo de la represión. Represión que le llevó, junto a otros cuatro compañeros, hasta el Fuerte en donde la desdicha y el abandono hicieron el resto para que finalmente muriera en un noviembre de 1937, siendo enterrado en este cementerio de Berriozar, según quedó registrado.
Cementerio de Berriozar
        Yo no sé, abuelo, si en las largas horas, en la fría oscuridad de tu celda, llegaste a pensar alguna vez que alguno de tus nietos llegaría a interesarse por qué fue lo que te hicieron. No sé si en la lejanía de los tuyos derramaste lágrimas de añoranza. Las mismas lágrimas que tu hijo José Antonio derramaba con dos años cuando su hermana Carmen le alzaba en sus brazos para que pudiera verte, detenido, por la ventana de las escuelas. Las mismas lágrimas que más de setenta años después siguen empañando sus ojos cada vez que escucha tu nombre.
        No sé si quizá en la terrible agonía de tus últimas horas llegaste a creer que todo había sido en vano. Ya ves, abuelo, que no. Aquí, donde escondieron tu cuerpo, después de tanto tiempo, hay nuevos corazones que son hoy tu corazón y hay nuevas manos que son hoy tus manos para seguir buscando lo mismo que buscabas tú, la dignidad de las gentes.
Por eso hoy han venido hasta aquí, para reconoceros especialmente a ti y a los que contigo fueron enterrados y, por extensión a todos los que fuisteis de algún modo represaliados, el valor de la entrega que hicisteis; caro tributo que tuvisteis que pagar por defender los derechos más básicos de los vuestros.
Qué más puedo decirte, abuelo. Solo GRACIAS por todo lo que supone a día de hoy vuestro compromiso y entrega de ayer.
La vida no es sino una sucesión de experiencias que debemos aprovechar para crecer como personas y como sociedad; crecer en solidaridad, en libertades, en tolerancia, en justicia... Las vidas de quienes hoy homenajeamos fueron sañudamente cercenadas por dedicarlas precisamente a promover estos valores.
Homenajes como el de hoy no borrarán nuestro pesar por todo lo que supuso la represión contra nuestros seres queridos, pero nos permitirán afrontar el futuro con la alegría y la moral
que da el convencimiento de que no fue en vano; y la fuerza y tranquilidad que da tener la certeza de estar haciendo lo correcto para mejorar nuestra sociedad.
Una vez más muchas gracias a todos por este homenaje y por la oportunidad de poder expresarme.

Un abrazo. Ricardo Zancajo García.

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